No
hay como una crema de verduritas para acabar día. Y si hace fresquete, sienta
de maravilla. ¿A qué si?
Y
esta crema, confeccionada con vegetales de invierno resulta suave y muy apta
para cubrir alguna ración de verdura diaria.
A
mis hijos les encanta añadirle un chorrito de aceite de oliva, y desde que descubrimos el aceite virgen prensado
en frío de de la almazara vecina de Millena, en nuestra mesa nunca falta. Ese aceite y un buen pan ya hacen un manjar en sí.
Así
que, una crema de verduras, pan tostado
y aceite del bueno forman un tándem para una cena súper saludable.
Ingredientes
para 6 personas:
1
cogollo de ROMESCO (se usa unos 600g
de la flor, los tallos gruesos y las hojas se desechan).
400g
ZANAHORIAS cortada en dados
3
dientes de AJO picado
1
CEBOLLA grande cortada en dados
750ml
AGUA, si la crema te gusta más
sueltecita, usar 1 litro.
½
cubito de CALDO DE VERDURAS
ACEITE DE OLIVA
SAL
PIMIENTA
1.-
En una olla de fondo grueso poner a sofreír a fuego medio la cebolla, e ir
removiendo para que no se queme.
2.-
A los 2 minutos, añadir el ajo.
3.-
Cuando la cebolla empiece a estar transparente, añadir las zanahorias
rehogándolas unos 5 minutos y añadir el romanesco cortado en trozos y rehogar 5
minutos más.
4.-
Pimentar las verduras ya añadir el agua con el caldito de verduras. Cocer a fuego
medio durante 15-20 minutos.
5-
Dejar reposar 10 minutos y triturar bien, una vez triturado rectificar de sal.
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