La
décima princesa oficial de Disney se ha convertido en nuestra favorita.
Creo
que en mi casa esta película ha superado a las reproducciones de Nemo y Cars….y os aseguro
que eso ya son veces.
Mi
hija Maya tenía clarísima la temática del cumple, así que me puse manos a la
obra.
La
tarta la hice rellena de nata decorada con fondant y glasa, la
estructura de la torre fue confeccionada con pastillaje y su decoración con glasa.
No
resultó difícil, pero hay que echarle horas… estira, moldea, seca, reza y
decora, ah! Y cómo empecé a montarla el viernes por la noche….mucho, mucho
café.
Solo
en las tejas estuve unas 2 horas, estas cosas son las que no sueles prever y te
desmontan completamente el planning.
La
torre podría haber estado un poquito más elaborada, pero no me dio tiempo para
más, mi familia llegó a comer y aún no había hecho las letras, pero bueno, no-pasa-nada.
Además,
así es mejor, porque si es por mí no acabaría nunca nada, cada vez que entro a
la cocina pienso, y si le pongo esto?...y si le pongo aquello?...y si…..y
si…..vamos que este cuento sí que no tendría fin.
Acompañamos
la tarta con unas galletas de castillo y sandwiches de corona, mi familia le
regaló a la niña el disfraz, la peluca y los zapatos de tacón, todo de Rapunzel,
la cara que puso cuando se vio en el espejo….eso, no tiene precio.
Disney
hizo muy bien en cambiarle el título al cuento, de Rapunzel a Enredados
(Tangled), y no por ese rollo de que a los
niños (varones) no les gustan las pelis con nombres de chicas y por ello
resultan menos comerciales, si no porque el melodramático cuento original de
los Hermanos Grimm, no tiene nada, nada que ver con esta divertida historia de
Disney.
¡¡¡¡Felicidades PRINCESA!!!!